«Hoy estamos en la transición de la era de las cosas a la era de las no-cosas. No son las cosas, sino la información, lo que determina el mundo en que vivimos.»
Hoy en día, el mundo se vacía de cosas y se llena de información inquietante como voces sin cuerpo. La digitalización desmaterializa y descorporeíza el mundo. En lugar de guardar recuerdos, almacenamos inmensas cantidades de datos. Los medios digitales sustituyen así a la memoria, cuyo trabajo hacen sin violencia ni demasiado esfuerzo. La información falsea los acontecimientos. Se nutre del estímulo de la sorpresa. Pero este no dura mucho. Rápidamente sentimos la necesidad de nuevos estímulos, y nos acostumbramos a percibir la realidad como una fuente inagotable de estos. Como cazadores de información, nos volvemos ciegos ante las cosas silenciosas y discretas, incluso las habituales, las menudas y las comunes, que no nos estimulan, pero nos anclan en el ser.
El nuevo ensayo de Byung-Chul Han gira en torno a las cosas y las no-cosas. Desarrolla tanto una filosofía del smartphone como una crítica a la inteligencia artificial desde una nueva perspectiva. Al mismo tiempo, recupera la magia de lo sólido y lo tangible y reflexiona sobre el silencio que se pierde en el ruido de la información.
Byung-Chul Han, also spelled Pyŏng-ch'ŏl Han (born 1959 in Seoul), is a German author, cultural theorist, and Professor at the Universität der Künste Berlin (UdK) in Berlin, Germany.
Byung-Chul Han studied metallurgy in Korea before he moved to Germany in the 1980s to study Philosophy, German Literature and Catholic theology in Freiburg im Breisgau and Munich. He received his doctoral degree at Freiburg with a dissertation on Martin Heidegger in 1994.
In 2000, he joined the Department of Philosophy at the University of Basel, where he completed his Habilitation. In 2010 he became a faculty member at the HfG Karlsruhe, where his areas of interest were philosophy of the 18th, 19th and 20th century, ethics, social philosophy, phenomenology, cultural theory, aesthetics, religion, media theory, and intercultural philosophy. Since 2012 he teaches philosophy and cultural studies at the Universität der Künste Berlin (UdK), where he directs the newly established Studium Generale general-studies program.
Han is the author of sixteen books, of which the most recent are treatises on what he terms a "society of tiredness" (Müdigkeitsgesellschaft), a "society of transparency" (Transparenzgesellschaft), and on his neologist concept of shanzai, which seeks to identify modes of deconstruction in contemporary practices of Chinese capitalism.
Han's current work focuses on transparency as a cultural norm created by neoliberal market forces, which he understands as the insatiable drive toward voluntary disclosure bordering on the pornographic. According to Han, the dictates of transparency enforce a totalitarian system of openness at the expense of other social values such as shame, secrecy, and trust.
Until recently, he refused to give radio and television interviews and rarely divulges any biographical or personal details, including his date of birth, in public.
Han has written on topics such as attention deficit hyperactivity disorder, borderline, burnout, depression, exhaustion, internet, love, pop culture, power, rationality, religion, social media, subjectivity, tiredness, transparency and violence.
Es difícil volver a ver las “cosas” con los mismos ojos después de leer esta declaración del filósofo Byung-Chul Han.
También será difícil volver a hacer algo en las redes sin sentir que estas traicionando al mundo y te estas convirtiendo en lo que llama un Phono Sapiens.
Una lectura de gran actualidad, más fácil de hacer que la de otros ensayos filosóficos más sesudos, pero más difícil que la de cualquier ensayo divulgativo.
Hace reflexionar, detenerte un momento, refrenar el infoimpulso que domina nuestras vidas. Hay que releerlo muchas veces.
“Il disastro della comunicazione digitale prende le mosse dal fatto che non abbiamo piú tempo per chiudere gli occhi, i quali anzi sono costretti a una «voracità continua.Essi smarriscono il silenzio, la profonda attenzione. ”
Byung-Chul Han contrappone il cosiddetto "ordine terreno" (dove le cose hanno una forma durevole)con quello digitale ( sede delle non-cose, cioè le informazioni) facendo l’esempio dell’e-book, che non è una cosa ma un'informazione. Ciò significa che mentre i libri cartacei e altre cose fisiche danno un senso di sicurezza e protezione, le informazioni digitali sono fugaci, non vincolanti e scompaiono molto rapidamente. La situazione è simile con l'ascolto della musica; attraverso lo streaming, si acquista poco affievolendo il valore del ricordo: quando dove e perché in quel momento abbiamo comprato un disco o un cd, da quanto tempo ne avevamo atteso l’uscita? Stessa considerazione per le foto, un tempo incorniciate e ora trattenute in qualche galleria di immagini, facilmente cancellabile con un click.
La cura del conservare, il calore delle cose artigianali, le cose del cuore(per dirla con Saint -Exupéry), non esiste quasi più . Sì, perché come scriveva Rilke, le cose emanano calore ed era bello dormirci accanto, fino a stancarsene.
La digitalizzazione strappa alle cose la materialità,che al contrario, si lasciano toccare aderendo ai nostri bisogni e con il loro schermo proteggono dalla realtà, annullando però l’Altro, come voce e sguardo. Il contatto visivo si consuma nella luce di un touchscreen che ad ogni tocco invoglia a saperne di più, a maneggiarlo ancora, perché così liscio e invitante non ferisce e non oppone resistenza, anzi. E ci gratifica facendoci diventare spettatori di noi stessi.
È così che le persone toccano le cose con le mani e cancellano le informazioni con le dita.
La digitalizzazione, secondo Han ,genera vuoto smarrimento e malinconia in quanto stacca dalla realtà, privandola della sua presenza Abbiamo accesso a molto, ma possediamo poco Le informazioni hanno un’emivita brevissima. Si accavallano, si consumano e con la stessa velocità creano dipendenza
Il filosofo, non smentisce il suo pessimismo nei confronti di un certo progresso, che non solo annulla le tradizioni e l’autenticità, ma isola colpendo la coesione sociale e i legami
Stimolante come sempre nella scrittura e nelle riflessioni, la lettura de Le non cose apre a tante riflessioni, ma come spesso accade nella vita, è importante trovare un sano equilibrio, tra ciò che il progresso offre e le cose, quelle preziose quanto insostituibili, che come il Tempo, reclamano, a buon titolo, di continuare ad avere una struttura solida, appiglio e rifugio di quell’ordine terreno che ci vuole ancora umani.
Más que ser un texto pre-apocalíptico especulativo de lo que nos espera a la vuelta de la esquina (el reino de lo intangible), esta obra es un compendio de ideas revisitadas -entre propias y ajenas- de lo que significa el paso de mundo de las cosas al de las No-cosas, es decir, el paso de lo matérico -y lo que conlleva la experiencia humana correlativa- hacia la civilización de la información, en la que las cosas ya no son cosas sino información digitalizada que se consume a un ritmo acelerado y que vuelve obsoleto al sistema de los objetos. Ideas destacables mezcladas con cierto apuro de decir mucho y rápido, que no termina de convencer y concretar, siendo que por momentos caben ciertas críticas hechas al filósofo contemporáneo en boga, como aquellas que lo acusan de tantear en la superficie de las ideas y ser efectista con la crítica light al capitalismo. No obstante, hay varias ideas que dejan resonando profundas reflexiones, como aquella que señala que los objetos y los rituales (cada día más en vías de extinción) son lo que nos da un sustento de vida: el ritual ordena el tiempo e impide que estemos a merced del caos, los objetos nos sostienen y nos dan sustancia, mientras haya una relación duradera con ellos, "espiritualizada", y no sean mero instrumento de consumo desechable, cosa que con la digitalización y virtualización del mundo, cada día es más evidente. Así como la idea de que la vida se está convirtiendo en juego (nos convertimos en una especie de homo ludens), gracias a la experiencia filtrada por lo virtual, y al desapego al poseer: hoy prima la búsqueda de experimentar y de generar placer, cosa que aviva el tan mentado narcisismo de los nuevos tiempos e inhibe la capacidad de empatía, la noción del otro (personas) y lo otro (cosas), dejando la experiencia relacional a un contacto consigo mismo. Por la ausencia de contacto físico, lo virtual/digital ya no permite la relación con el otro/lo otro, la alteridad, sino que es siempre el contacto con uno mismo a través de la interfaz. Estas son algunas ideas que destaco de este ensayo, y, aunque está algo fuera de esquema, (después de todo el libro no es tan armónico de por sí) destaco el último capítulo sobre el gramófono o rockola que incluye una anécdota personal y una forma narrativa muy amena y entrañable que, personalmente, disfruté bastante. En conclusión, un libro irregular, algo apresurado (quizás por el tema comercial) que contiene algunas ideas remarcables.
Never have I ever hated reading a book I so vehemently agree with. Lots of words and too many pages to say that digitalization, optimization, and capitalism will eventually take out the meaning in everything we own and every ritual we possess. To /little/ words in exploring why the processes are happening, the positive impacts that they have on democratizing information, and even less introspection on why the younger generations cling to silly little things like "selfies", which he insists on demonizing for some reason while putting painted paintings of royals on a pedestal, ignoring the fact that a) those were paid for and arguably the greatest act of vanity between the selfie taker and the portrait requester, and b) it was nobility, not the common folk!, partaking in such endeavors. Frustating read. Absolutely disconnected from current reality, seems to idolize the Good Ye' Old Times. Between this and a "Old Man Yells At Cloud" meme, read the meme. The time you save will be better served in introspection re: the shift to digital of the world that will, for sure, hit the same points this book insists on dragging on. Jesus Christ.
Piccolo saggio denso di stimoli. Non sono d’accordo con il quadro filosofico da cui muove e neppure sull’atteggiamento di fondo verso l’informatizzazione e la comunicazione globale (il saggio di Ferraris “Documanità” spiega bene perché ha torto), ma l’analisi ha un sacco di aspetti interessanti, oltre al pregio della sinteticità. Soprattuto consente di mettere bene a fuoco molti aspetti importanti delle ricadute che questi processi hanno sul nostro modo di stare al mondo. Vede bene i rischi che corriamo, le distorsioni della percezione prodotte dai processi di digitalizzazione e dematerializzazione, dall’iper-connessione, dallo sviluppo dell’intelligenza artificiale. Mi pare gli sfuggano completamente la crisi del senso dell’esistere umano dopo “la morte di Dio” che c’entra e molto con le spinte scientifiche e tecnologiche verso la virtualizzazione. Così come sembra ignorare il fatto che la rete è diventata il principale sistema di produzione di valore economico. Dice invece cose molto condivisibili e anche belle sulla fotografia, sulla poesia, sul collegamento tra manualità e cultura.
Si Han es siempre algo disperso en su acercamiento a los temas que propone, este me ha parecido su libro mas...inconexo. A pesar de su brevedad se puede dividir en cuatro partes bastante diferenciadas, siendo la primera -sobre los datos y la infomania- la unica que realmente me ha fascinado. La segunda parte de unas 30 páginas me ha parecido de lo más arduo que he leido a este autor. Invierte el sentido de su libro y pasa a hablar de las cosas, en lugar de las no-cosas, tocando a Barthes, Heidegger,... Interesante pero bastante meta-.
La tercera parte sobre el silencio es bella, y cercana en enfoque a su libro sobre los rituales. Y finalmente hay un colofón interesante sobre la compra de una gramola, más por el estilo que por el contenido.
Como todos los libros del autor, es interesante -sobre todo las primeras 60 páginas- y está escrito casi aforísticamente, lo que no lo hace difícil de leer, pero hasta ahora es, en su conjunto, el que menos le ha gustado de los que he leído.
"Ao mesmo tempo, até do consumo das coisas esperamos experiências. O conteúdo informativo das coisas, a imagem de uma marca são mais importantes do que o valor de uso. Apercebermo-nos das coisas sobretudo pela informação nelas depositada. Ao adquirir coisas, compramos e consumimos emoções. Mediante storytelling, os produtos ficam carregados de emoções. Para a criação de valor é decisiva a produção de informações distintivas, que prometam ao consumidor experiências especiais ou a experiência do ímpar. As informações são sempre mais importantes do que o artigo cósico. O conteúdo estético-cultural de um artigo é o verdadeiro produto. A economia da experiência substitui a economia das coisas."
Um pequeno livro que me deu muito em que pensar. Por enquanto sou uma pessoa bastante presa a coisas, objetos. Gosto de ter objetos, coisas, manuseá-las. Digo por enquanto, porque muitas das minhas "coisas" são cada vez mais desmaterializadas. E sinto que, cada vez mais, o mundo está a ser "descoisificado" e não tenho a certeza de isso ser tão positivo como se apregoa.
'No-cosas' argumenta que estamos viviendo en una era de sobreproducción y sobreinformación, donde la tecnología y la cultura están creando una sociedad que es cada vez más adicta al consumo y al rendimiento. Han examina cómo estas tendencias están afectando la psicología humana y las relaciones sociales, y cómo están dando forma a la forma en que pensamos y nos comportamos; lo hace a través de textos de Martin Heidegger.
Es una lectura desafiante y provocativa que cuestiona muchas de las suposiciones subyacentes de la cultura contemporánea y del capitalismo posindustrial. Han ofrece una crítica penetrante de la sociedad actual y ofrece sugerencias sobre cómo podemos pensar de manera más crítica sobre nuestra relación con la tecnología y la cultura.
El último capítulo, 'Una digresión sobre la gramola' es sencillamente delicioso. Tal vez lo mejor del libro.
“Hoy nos comunicamos de forma gran compulsiva y excesiva porque estamos solos y notamos un vacío. Pero esta hipercomunicación no es satisfactoria. Sólo hace más honda la soledad, porque falta la presencia del otro”, Byung-Chul Han en el necesario libro “No-cosas”.
Questo saggio è stato molto illuminante e devo dire che varrebbe la pena leggerlo non foss'altro che per la chiarezza espositiva di Byung-Chul Han.
C'era una frase di Confucio che è stata un po' la frase guida durante gli anni in cui ho insegnato: “Se ascolto dimentico, se vedo ricordo, se faccio capisco”. Mi è ritornata in mente mentre leggevo questo saggio: se le cose sono col-legate alla memoria, così le non cose possono essere collegate alla dimenticanza. Non a caso, infatti, Byung-Chul Han, nella prefazione, cita il romanzo di Yoko Ogawa "L'isola dei senza memoria" (di cui devo assolutamente recuperare la lettura!): "L’isola senza nome delle cose e delle memorie perdute assomiglia, per certi versi, al nostro presente. Oggi il mondo si svuota riducendosi a informazioni spettrali quanto quelle voci incorporee. La digitalizzazione derealizza, disincarna il mondo. E bandisce anche i ricordi. Invece di metterci alla loro ricerca, noi salviamo quantità immani di dati. La polizia del ricordo viene cosí sostituita dai media digitali che svolgono il proprio lavoro senza alcun ricorso alla violenza né grande dispendio di forze."
Se le cose sono tangibili, perché fatte di materia, le non cose sono eteree, perché esse altro non sono che informazioni, digit: "Già alcuni decenni fa, il teorico dei media Vilém Flusser osservava: «Le non-cose stanno penetrando nel nostro ambiente da tutte le direzioni, e scacciano le cose. Queste non-cose si chiamano informazioni». Ci troviamo nel periodo di passaggio dall’èra delle cose all’èra delle non-cose. Non sono gli oggetti, bensí le informazioni a predisporre il mondo in cui viviamo."
La logica del mondo è davvero solo binaria? La negazione del reale è davvero solo virtuale? Oppure tra reale e virtuale ci sono infinite sfumature che ci permettono di essere?
L'ipotetica risposta di Buyng-Chul Han alle mie domande sembrerebbe negativa: "Le informazioni non sono certo punti fermi dell’esistenza. Non è possibile indugiare presso di esse. Hanno una validità molto limitata. Si fondano sul brivido della sorpresa. Basta questa loro fuggevolezza a destabilizzare la vita. Oggigiorno, esse richiedono continuamente la nostra attenzione. Lo tsunami delle informazioni getta nell’inquietudine persino il sistema cognitivo. Le informazioni non sono un costrutto stabile: manca loro la saldezza dell’essere. Niklas Luhmann descrive cosí l’informazione: «La sua cosmologia è una cosmologia non dell’essere, bensí della contingenza»."
Eppure io non ne sarei tanto convinta. Perché la persistenza si può avere anche con le non-cose: dipende tutto da noi, da quanto permettiamo loro di perdurare dentro di noi: "Al contrario delle informazioni, la verità sfoggia una saldezza dell’essere. A contraddistinguerla sono la durata e la persistenza. La verità è fatticità. Essa resiste a ogni cambiamento, a ogni manipolazione. In tal modo, crea il fondamento dell’esistenza umana: «Concettualmente, possiamo chiamare verità ciò che non possiamo cambiare; metaforicamente, essa è la terra sulla quale stiamo e il cielo che si stende sopra di noi»."
Lo abbiamo sperimentato durante il primo lockdown: le cose erano veicolo di contagio (tanto che sono state messe in atto una serie di protocolli per le sanificazioni); le non-cose ci hanno permesso di superare quel tempo sospeso. Siamo stati, anche se non ci siamo toccati. Sono così labili i confini tra: Essere - Avere - Esperire. "In termini astratti, esperire significa consumare informazioni. Oggi vogliamo piú esperire che possedere, piú essere che avere. L’esperire è una forma di essere. Erich Fromm scrive in Essere o avere: «L’avere si riferisce a cose […] L’essere si riferisce all’esperienza». La critica di Fromm, secondo cui la società moderna è piú orientata all’avere che all’essere, oggi non funziona piú poiché viviamo in una società dell’esperienza e della comunicazione che preferisce l’essere all’avere. Non vale piú la vecchia massima dell’avere che recitava «piú ho, piú sono». La nuova massima dell’esperienza recita: piú esperisco, piú sono."
Come in tutte le "cose", occorre trovare il giusto equilibrio, per non tradire, perdere e rinnegare la nostra umanità, per non rinunciare all'alterità: "Il mondo odierno è molto povero di sguardo e di voce. Esso non ci guarda, né si rivolge a noi. Perde qualsiasi alterità. Lo schermo digitale che definisce la nostra esperienza del mondo ci protegge dalla realtà. Il mondo diventa irreale, viene derealizzato e disincarnato. L’ego che va potenziandosi non si lascia piú toccare dall’Altro: si limita a specchiarsi sul dorso delle cose. Il fatto che l’Altro scompaia è davvero un evento tragico. Eppure si compie in maniera cosí impercettibile che non ne siamo nemmeno consci. L’Altro come mistero, l’Altro come sguardo, l’Altro come voce scompare. Privato della propria alterità, l’Altro si degrada al livello di oggetto disponibile, da consumare. La scomparsa dell’Altro riguarda anche il mondo delle cose, che smarriscono il proprio peso specifico, la propria vita, la propria cocciutaggine."
Per questo occorre sapersi fermare e far silenzio dentro e fuori di sé: "Il silenzio è un fenomeno dell’attenzione. Solo la profonda attenzione produce silenzio, mentre le informazioni frammentano l’attenzione."
Come le cose a lungo utilizzate diventano animate, perché si trasformano nelle "cose del cuore", così accade per le non-cose, secondo me, dipende solo da noi, dall'uso/abuso che ne facciamo. Non c'è una sola teoria giusta/sbagliata. Ce ne sono tante, a noi scegliere quella che ci calza meglio, che ci permette di essere pienamente noi stessi. Sta a noi scegliere qual è il nostro calamaio o il nostro juke-box: "Le cose nascono, per cosí dire, morte. Non vengono usate, bensí consumate. Solo un lungo utilizzo dà loro un’anima. Solo le cose del cuore sono animate. Flaubert voleva essere sepolto insieme al suo calamaio. Il juke-box è troppo grosso per portarmelo nella tomba. Credo che abbia la mia stessa età, ma mi sopravvivrà di sicuro. Un pensiero grossomodo confortante…"
A criticism of our digital world but one made so out of love for humanity. We are so imbued with non-things that we are losing our touch with things and therefore losing touch with others and therefore losing touch with ourselves. I get it.
I also get why reviewers might interpret it as "old man yells at cloud" and "things were better in the olden days" because yes, it is that, but so what? Maybe the "old man" is right. It reads a little bit like "I like this, so it is a thing, and I don't like that so it is a non-thing" and it's such a short book that some bold statements and assertions rely on you just going with them—but I did. I picked up everything he put down. And it ignited my soul, if I'm being honest.
I kind of aspire to be austere when it comes to owning things, I think mostly everything I could want is available digitally, and everything else that's not utilitarian is just clutter. But now I am thinking that sentimentality is good actually and maybe experiencing everything through a screen is not as great as I tend to assume it is.
Mi primer acercamiento a Byung-Chul Han fue decepcionante. Acababa de leer a Bauman y el coreano me pareció un tanto superfluo. Aquel era un libro corto en el que el autor pululaba alrededor de un tema que me interesaba pero cuyas reflexiones no me calaron. Sabía que era el filósofo de moda y había leído alguna acusación de hacer refritos, de producto excesivamente comercial. Así que lo abandoné.
Cuando leí sobre "No-Cosas", su tema me llamó mucho la atención, porque está muy cerca de la esfera de lo que me preocupa. Leí un extracto, su primer capítulo, casi con precaución, y la experiencia no podría haber sido más diferente, ni más gratificante. Sigue el mismo esquema de aquel otro —un libro corto, observaciones en un lenguaje coloquial que se ilustran con pasajes de grandes filósofos—, pero esta vez casi cada pasaje es necesario, adecuado, bello y casi diría que urgente, para alertar sobre una brecha que se está abriendo con los tiempos que corren y que amenaza con aislarnos del mundo. Cada tres o cuatro páginas me encontré algún párrafo que me pareció sencillamente brillante.
Byung-Chul Han te acerca a Nietzsche, Cezanne y sobre todo a Heidegger, Barthes o Handke para hablarnos de las cosas como un ancla a la contemplación. Fromm alertó de los objetos como una herramienta de alienación, y escribió su obra contra el consumismo pero ahora el capitalismo está cambiando, y con él vienen nuevas formas de opresión más íntimas. Toca defender las cosas de las no-cosas que las están suplantando. "Infómatas" que informan sobre nosotros mientras nos alejan de la contemplación de lo real y nos vacían por dentro dejándonos a solas con nuestro ego. Es un libro fácil de entender abarrotado de estractos pertinentes de alguno de los grandes filósofos del siglo diecinueve, yuxtapuestos con bellos pasaje, casi poéticos y observaciones penetrantes sobre nuestro mundo. Hay algo a lo que las cosas que llegamos a amar nutre y a lo que las no-cosas que nos impone el capitalismo de la atención aniquila, que tiene que ver con el "recogimiento contemplativo", que es necesario para sintonizar con aquello que nos trasciende. Este pequeño gran librito es una llamada de atención sobre un cambio de paradigma —o mejor dicho, una evolución en el paradigma— de la alienación, de una forma de dominación cada vez más abarcante, más íntima, en cuya agenda acaparadora está arrebatarnos de algo tan necesario para ser humano como el sentido de la contemplación, la atención a "lo otro" como "vivencia" del ser. "No-cosas" es un elogio de las cosas, de las cosas queridas que nos sirven para nuestros rituales del día a día, que conforman los lugares llenos de sentido, que nos ayudan a sintonizar con lo trascendente a través de situarnos en el mundo como epifanía.
Lo considero mi mejor lectura de no-ficción de este año (2021). La mejor de ficción ha sido Klara y el Sol, de Kazuo Ishiguro. Ambas, de alguna manera, se complementan. El mundo futuro de Ishiguro no será (o no lo será tanto) sin el mundo de las no-cosas sobre el que advierte Han.
Aunque tiene algunas ideas interesantes, me parece un libro excesivamente nostálgico y muy pesimista con la era digital. Seguramente a todos los lectores que hayan vivido otra época podrá resultarles entrañable, pero para mí, nativa digital, me parece estar escuchando todo el rato eso de "tiempos pasados fueron mejores". Además, esperaba una tesis fundamentada en la filosofía o sociología, pero me he encontrado con mucha, mucha literatura. Y, en todo este halo de nostalgia, frases cortas con mucho clickbait xD.
Tiene gracia que alguien escriba un libro deprisa y corriendo con intención de criticar el ruido y lo superfluo.
¿Cuánto ocuparía esta obra en Word? Yo creo que 60 páginas, no más. El tamaño de letra es grande, los márgenes generosos, y por el interlineado corre el aire con holgura. No-cosas está escrito por alguien que no maneja las redes sociales y que probablemente no les haya dedicado demasiado tiempo. No-cosas es un libro pensado para criticar algo que el autor desconoce pero sí detesta. La obra está estructurada en ocho capítulos, y uno de ellos tiene a su vez siete apartados. Pero la verdadera estructura de la obra es otra: Una aforismo apoyado por una cita que se desarrolla en un párrafo. Del desarrollo sale una palabra que servirá para el siguiente aforismo. Esto continúa hasta el momento concreto en el que Han considera que tiene suficiente texto como para mandárselo al editor.
È in casi come questo che il sistema di rating con le stelline mi è di ben poco aiuto. Infatti, con quest'ultimo saggio di Byung-Chul Han ho fatto un po' a cazzotti -non solo a causa dei tanti riferimenti a Heidegger di cui, ahimè, ricordo ben poco- e ho difficoltà a decidere sul da farsi. La lettura risulta sia piacevole che scorrevole. Infatti, la chiarezza espositiva rende questo saggio di filosofia fruibile anche dai non addetti ai lavori e il messaggio centrale raggiunge il lettore senza troppi intoppi: la digitalizzazione del mondo e delle nostre vite ci sta portando sull'orlo del baratro. Ora, se da un lato ho apprezzato moltissimo la connessione che Han crea tra silenzio e attenzione (due temi a me molto cari su cui sto riflettendo già qualche tempo) e la critica al volume -insalubre- di informazione a cui siamo sottoposti quotidianamente, dall'altro non sono quasi mai d'accordo con chi fa di tutta l'erba un fascio. Abbiamo bisogno di un intervento radicale? Certamente. Però le tecnologie sono parte integrante del tessuto delle nostre vite, motivo per cui dovremmo invece appropriarcene ed utilizzare a nostro vantaggio. Credo che quindi quella di Han possa per molti aspetti considerarsi una provocazione, un campanello di allarme ed è proprio per questo che mi sembra possa essere un lavoro molto prezioso nell'avvicinare sempre piú persone ad una sana critica delle strutture digitali e della tecnologia.
p.s. Devo ammettere che mi affascina molto l'idea che le cose materiali siano appigli alla realtà (e un pochino, in fondo, lo sono davvero) e sicuramente questo è uno dei tanti spunti tratti da questo saggio a cui continuerò a pensare ancora per un po'.
Un ensayo bastante interesante que nos plantea de fondo como las “cosas” van perdiendo protagonismo en nuestra vida y han sido sustituidos por la fuerte aparición de los “social media” Desde el desprecio y poco valorado del silencio hasta la sustitución de roles y posesión personal por el smartphone. Algunos de estos temas ya han sido tratados por otros autores pero Byung le da otra perspectiva y más de fondo al citar a Heidegger y Nietzsche, entre otros; con algunos ejemplos para ilustrarnos que la situación es realmente preocupante.
Ugh! I agree with many of the points Byung-Chul Han makes in this but so much of it is presented in reductive statements with zero intention of actually engaging with the digital worldmaking and communities he dismisses. A lot of the philosophical stuff tracks yet it feels so out of touch with how and why people actually gravitate towards the virtual. Arguments are presented with little interrogation of the author’s own stance and ideas, so it ultimately all feels like a relentless (repetitive!) procession of statements backed by little to no actual discussion. Not to mention all the false dichotomies and the glaring absence of any sort of guiding ethic! Call me a silly little 23-year-old but the section on selfies is laughable. I’m not sure how many of my issues with the tone are down to the English translation but I had a hard time finishing this one
'We have abolished all transcendence, all vertical order, that demands stillness. Nothing rises. Nothing becomes deeper. Reality is flattened into information and data streams. Everything sparks and proliferates.'
Desde la última caída de redes sociales (Facebook, Instagram y WhatsApp), he intentado investigar, y a través de ello, ver de una manera más crítica mi “dependencia” a lo digital y creo que este ensayo filosófico del surcoreano Byung-Chul Han fue una excelente ayuda para ver algunas aristas que, en mi análisis, había pasado por alto. Considero que el autor logra poner en excelentes palabras, y mediante varías definiciones de filósofos sobre la cosmovisión de las “cosas”, como las redes nos han atrapado y nuestras conductas se ha visto afectadas por ello. Debo admitir, que volver a leer filosofía después de AÑOS, fue todo un reto, pero también un aporte a mis aprendizajes previos.
👍 Un análisis interesante de diversas temáticas asociadas a la inserción de las “no-cosas” (experiencias digitales) en nuestras vidas, desde el silencio, el apego, el arte e incluso “las selfies”. Mención a teorías tanto filosóficas como psicológicas (incluso sociológicas) que me parecieron ad hoc para entender mejor los cambios en la relación que tenemos con las tecnologías. Un libro crítico que te hará pensar si efectivamente hay algo positivo que rescatar de la digitalización del mundo.
👎 Considero que no es un libro para todas y todos. A mi juicio, es necesario una noción media sobre filosofía especialmente, ya que muchos de los conceptos empleados se entregan sin una mayor definición. Sugiero, principalmente, dar un repaso rápido a la filosofía Heideggeriana y su visión del ser. De igual forma, me parece interesante que pudiesen también leer a otros filósofos como Sarte, Nietzsche o Merleau-Ponty. Por último, a ratos, me parecía que la densidad teórica del libro se llevaba el protagonismo por sobre la misma crítica del autor.
One chapter on Artificial Intelligence and one sub-chapter on The Forgetfulness of Things in Art are priceless in their insights and revelations.
On a deep level, thinking is a decidedly analogue process. Before capturing the world in concepts, thinking is emotionally gripped, even affected by the world. The affective is essential to human thinking.
Thinking sets out from a totality that precedes concepts, ideas and information.
A mood is not a subjective state that rubs off on the objective world.
The fundamental attunement.
Pathos is the beginning of thinking. Artificial intelligence is apathetic, that is, without pathos, without passion. It computes.
Data mining reveals correlations. According to Hegel's Science of Logic, correlation is the lowest form of knowledge.
Reciprocity represents the next level of knowledge (same argument as one from Chomsky).
Knowledge in the proper sense of the word is possible only at the level of the concept.
The main danger that arises from machine intelligence is that human thinking will adapt to it and itself become mechanical.
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Language is a playground, an 'amusement park'. Words are not primarily the bearers of meaning. Rather, the point is 'to gain as much pleasure as possible from them beyond their meaning.'
A work of art, being a thing, is not just a bearer of meaning. It does not illustrate anything. The process of expression is directed not by a clear concept but by an indeterminate fever, a delirium, an intensity, an urge or desire that cannot be articulated.
Sono abbastanza sicuro che saremmo tutti in grado di andare avanti nel nostro mondo delle non cose anche senza aver mai letto questo libro. Non mi sembra l'autore abbia nulla da dire, se non ripetere in milioni di modi diversi lo stesso banale concetto di quanto siano brutte queste non cose non reali smaterializzate informatizzare senza esperienza.
Molte frasi sono semplicemente buttate li tanto per provocare. L'autore di certo non ha le competenze per affermazioni serie ed impegnate del tipo:
"In un regime di controllo totale gli esseri umani si limitano a giocare. Col motto panem et circenses Giovenale descrive una società romana in cui non era piú possibile alcun agire politico. Gli uomini venivano sedati a colpi di cibo gratuito e giochi spettacolari. Il reddito minimo universale e i videogiochi sarebbero la versione moderna del panem et circenses."
Me gustó a nivel temático. Es una reflexión interesante sobre el sentido de lo inmaterial, las redes y la información. Lo que no me gusta es su posicionamiento crítico. Su escritura es muy dialéctica, y el diagnóstico binario. Pienso que hay que leer con cuidado los análisis tan categóricos sobre los fenómenos que experimentamos en el presente. Estoy de acuerdo con que la infósfera actual nos impone un ruido y una manera de mirar que ha perdido la contemplación, incluso la potencia aurática. Sin embargo, creo que en ese mismo ruido hay residuos informáticos factibles de ser resignificados, o politizados. Yo sí veo potencia en las no-cosas. No las pienso como mero ruido.
Es ist eine eindrückliche Erfahrung, einen koreanischer Autor zu lesen, der in der deutschen Philosophie zuhause ist. Byung-Chul Han analysiert akribisch die Wandlung von einem Zeitalter der Dinge zu einem Zeitalter der Un-Dinge (d.i. Informationen), in denen nicht mehr alles so hand- und dingfest ist (S.2). Er verarbeitet dabei viel Heidegger und Arendt. Gerade für einen Laien, was die beiden AutorInnen angeht, war es ein gut verständlicher Einstieg. Er zeigt auf, was Smartphone, Selfies und Künstliche Intelligenz mit uns Menschen machen in Bezug darauf wie wir Dinge, Momente und Mitmenschen sehen und mit ihnen umgehen. In der Analyse finde ich ihn sehr stark. Im letzten Kapitel gibt er einen weniger aussagekräftigen Ausblick, der als eine Art Motivation zurück zu den Dingen dienen sollte. Für den Transfer in die Praxis braucht es dann doch etwas mehr, was jedoch nicht sein Anspruch ist mit diesem Buch. Für mich als Theologe bietet dieses Buch eine gute Ressource für eine Wirklichkeitsexegese. Ich habe es in der englischen Übersetzung gelesen und würde dringend empfehlen, es im Original auf Deutsch zu lesen, da doch einiges an Präzesion und Stilmitteln verloren geht.
“Il fatto che l’Altro scompaia è davvero un evento tragico. Eppure si compie in maniera cosí impercettibile che non ne siamo nemmeno consci. L’Altro come mistero, l’Altro come sguardo, l’Altro come voce scompare. Privato della propria alterità, l’Altro si degrada al livello di oggetto disponibile, da consumare. La scomparsa dell’Altro riguarda anche il mondo delle cose, che smarriscono il proprio peso specifico, la propria vita, la propria cocciutaggine.”
“Oggi i legami intensi perdono sempre piú di significato. Sono soprattutto improduttivi, poiché solo quelli deboli accelerano il consumo e la comunicazione. Cosí il capitalismo distrugge sistematicamente i legami.“
Um livro com tópicos pertinentes e algumas ideias que consegui reter e digerir, sobretudo a discussão em torno da hipercomunicação e da hiperrealidade nos capítulos relativos aos smartphones e ao silêncio. Contudo, está repleto de conceitos metafísicos / filosóficos nem sempre explicados de forma acessível e com demasiadas derivações teóricas, pelo que o interesse suscitado foi muito flutuante.
¿Qué es real en este mar de nada? Cada vez nos alejamos más de lo tangible, de lo real, arrollados por completo por la marea de información, completamente rodeados de No-cosas.