Hector Williams Zorrilla's Blog, page 30
August 28, 2012
La materia prima de los escritores Por Héctor Williams Zorrilla
La materia prima de los escritores
Por Héctor Williams Zorrilla
Todo lo que llega a ser una entidad tangible y física pasa por un proceso de creación. Por lo general, este proceso creativo es implementado por un (a) creador (a). Y todo creador necesita de materia prima, los ingredientes y recursos usados en el proceso creativo, para crear. En este escrito no voy a enfatizar las etapas del proceso creativo, porque ese es un tema que requiere de más detenimiento escritural. La pregunta que planteo para este corto tema es: ¿Cuál es la materia prima de un (a) escritor a)?
Existe un acuerdo general para responder esta pregunta diciendo que, la materia prima de un (a) escritor (a) es su capacidad imaginativa. Los escritores de ensayos y libros de no ficción necesitan tanto de su capacidad imaginativa como los escritores de ficción que escriben novelas, cuentos, guiones de películas, etc.
Algunos teóricos de este tema explican que la materia prima de los escritores son sus experiencias y vivencias con la realidad. Yo no estoy de acuerdo con ese argumento. Todos los seres humanos tienen experiencias y vivencias con la realidad, pero no todos son escritores, al menos usando el lenguaje escrito y las imágenes, de sus vivencias cotidianas con la realidad. Y en el caso de los escritores de ficción, la “realidad pura” tiene muy poca utilidad para los escritores.
La real materia prima de los escritores, es decir, la esencia que les provea a los escritores sus resultados, productos, consecuencias o efectos, las obras que escriben o crean, es su capacidad imaginativa. Todos los escritores que producen resultados creativos tangibles, libros, canciones, películas, lienzos, utilizan su capacidad imaginativa para crearlas. Los demás elementos del proceso creativo pueden estar presentes, pero es el poder de la capacidad imaginativa de los escritores lo que hace que sus ideas, pensamientos, imágenes, se transformen en realidades tangibles y físicas.
Todos los artistas que crean saben lo que es estar “estancado” en el proceso creativo. En el caso de los escritores, estar “estancado” significa que la capacidad imaginativa no aflora y se manifiesta hacia afuera de la manera que se siente dentro. Los escritores “estancados” poseen todos los demás elementos del proceso creativo a su disposición para crear sus libros, excepto la capacidad imaginativa. Algunos llaman este elemento particular de la capacidad imaginativa “musa o inspiración”. Esta se define como la energía que impulsa y hace visible la capacidad imaginativa. Los escritores experimentados aprenden a “forzar su musa o inspiración” para cumplir con el proceso creativo propuesto.
Todos los escritores saben que crear un libro pasa por el mismo proceso de fecundación, gestación y alumbramiento que transita la creación de un ser humano. Es un proceso arduo, tortuoso y de celebratorio al mismo tiempo. Ningún escritor puede completar este ciclo creativo sin el ejercicio plena de su capacidad imaginativa. Es la capacidad imaginativa de los escritores la que los hace co-participantes y co-creadores de realidades con el Ser Supremo originador de todas las energías creativas en el universo. Los escritores, por medio de su capacidad imaginativa en acción, se transforman en portavoces e instrumentos de las energías creativas del universo.


July 11, 2012
Hector Williams Zorrilla | Crea tu insignia
June 24, 2012
Hello, I am Hector Williams Zorrilla
I am so glad you’re here with me!
I started this blog to share my published writings with you!
I also want to know what and how other people are blogging!
Thanks for being here!
Hector Williams Zorrilla


“A good book is the one …
June 9, 2012
Comentarios al libro “Los Reinos de la Ternura”
Comentarios al libro “Los Reinos de la Ternura”
“Los Reinos de la Ternura” de Hector Williams Zorrilla
Por Damaris Day, Poeta
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Esta noche hablaré de mi amigo Héctor y de Héctor Williams Zorrilla, el escritor.
En los años ochenta, tocó a mi puerta un joven, con el libro universal bajo el brazo; traía una propuesta de fe y cambio. Pero detrás de la puerta que él tocó, había otra persona con un libro de poemas en las manos. Dos mundos se encontraron con ideas diferentes, mas increíblemente, con una gran afinidad: el amor a la palabra. Desde ese instante se estableció un dialogo de rezo y poesía.
Ese joven, mi amigo Héctor, tenía definidas sus pasiones, que estaban comprendidas entre su familia, la iglesia y sus estudios de psicología. Pero el amigo Héctor… ignoraba que había hecho prisionero al escritor que llevaba dentro. Su vida estaba programada, y la escritura no tenía la categoría de importante en ese momento, aunque latía tenuemente en sus adentros y sus manos y sentidos la acariciaban por ratos. Puedo decir que ocasionalmente murmuraba trozos de poesías a Dios, en esas tardes en que la poesía llenaba todo el espacio, sin que el que estaba presente pudiera retroceder, si no más bien rendirse a sus pies. Una pequeña flama comenzó a elevarse y se hacía visible en las manos de éste.
En lo más profundo de su ser, y empujado por el tiempo, se levantó lentamente un hombre con una voz diferente, diferente, por que era su voz interior que se liberaba del automatismo, para integrarse al movimiento pleno que libera al pensamiento. Entonces, todas sus palabras apretujadas en papeles doblados, comenzaron a sonar rítmicas y claras.
Hay muchas formas de definir a un amigo y sólo puedo decir: Héctor mi amigo, sigue acumulando conmigo, más tiempo al largo tiempo.”
Héctor mi amigo me ha dedicado estos relatos porque hay una diminuta luz posada sobre nuestras cabezas y Los Reinos de la Ternura identifica a dos amigos que brindan por Baco y por haber dominado el tiempo.
El Escritor-
Héctor Williams Zorrilla es un escritor conocido por sus libros de psicología, y que ahora entra al mundo de la literatura con éste libro de cuentos. Mas éste escritor, que a penas nos ha dado una muestra de su arsenal de creaciones, ha incursionado en la novela, el ensayo, y la poesía. Por lo que no lo encasillemos como cuentista y esperemos sus siguientes obras.
La escritura de éste escritor persigue quedarse en nuestra memoria, y lo logra. Es difícil olvidar a Malekula, un cuento que recoge los misterios y creencias escondidos en muchos de los rincones del mundo. Te despierta la curiosidad, por lo que corres sobre sus letras para llegar al final, y cuando llegas, te sorprende.
Los Sueños De La Pintura. Un cuento que pinta el amor de surrealismo. Te lleva a un lugar de imágenes desconocidas pero placenteras. Éste cuento representa fielmente Los Reinos De La Ternura. Creo que el reto de éste escritor es superar éste libro de cuentos. Lo cual no tengo la menor duda de que lo hará, pues tiene el talento para romper su propia marca. Yo lo exhorto a que siga llenando el mundo literario de cuentos, desde luego, cuando concluya con sus otros proyectos escritúrales.
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La Casa Alucinante. Un largo poema, que transmite un sentimiento de ternura, provocado por sublimes recuerdos y que se han quedado en los espacios por donde caminó un ser querido. A mi, especialmente me gusta.
Éste libro tiene la variedad que exige cualquier lector, y lo sitúa a la altura de los relatos de José Zaramago, premio Novel de Literatura. Es un libro rico en imágenes, de mitologías sorprendentes, de pasiones profundas y de cotidianidades vestidas de gala y montadas en la nube de las metáforas. Es a mi juicio un libro que llena un propósito, llevarte a esos mundos del ser interno, ya que la fantasía y la realidad van de la mano en ésta obra. Gracias.
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“Los Reinos de la Ternura” de Hector Williams Zorrilla
Por Minelys Sanchez, Escritora y Novelista
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La voz universal del cuento:
Muchas veces nos preguntamos qué es el cuento qué persigue?
Sí partiéramos de un génesis deberíamos empezar diciendo que el cuento, es una de las prácticas más antiguas ligadas a la existencias del hombre.
El ser humano vive y siente la necesidad de relatar lo vivido, de imaginar y formular otros modos posibles de experiencia. En este ejercicio, busca a veces proteger la presencia de su comunidad o establecer comunicación con sus semejantes, transmitir mensajes religiosos, éticos, políticos que estima relevantes. O producir un relato cuya belleza misma lo justifica, o tal vez, comprenderse y entender el mundo al imaginar y relatar historias, explorando territorios místicos o fantásticos. De ese modo hemos heredado una insigne tradición narrativa que se encumbra a remotas leyendas orales, asentada más tarde en la escritura.
A mediados del siglo XIX, Edgar Allan Poe con sus “Narraciones Extraordinarias” sentó definitivamente las bases del cuento contemporáneo. Esta exclusiva forma de narrar ha definido como modalidad compleja íntegra de atrayente significación en las letras hispanoamericanas y ha levantado gran interés entre escritores, lectores y estudiosos.
El cuento encuentra el Latinoamérica grandes exponentes, entre los que no debemos dejar de mencionar a los maestros que han servido de guía a la mayoría de los jóvenes escritores que han decido cultivar este género. Horacio Quiroga, sin lugar a dudas ha sido uno de los grandes plantadores de la semilla que muy pronto habría de germinar en el interés de los amantes de la literatura.
Jorge Luís Borges, Julio Cortazar, Juan Bosch, Juan Rulfo, Julio Ramón Ribeyro, entre otros.
Quizás unos de los países de latinoamérica donde el cuento no ha alcanzado un despegue definiativo ha sido la República Dominicana, aunque hemos tenido cuentistas que lo han representado dignamente.
Ahora bien, una se pregunta: ¿qué es lo que le ha faltado al cuento dominicano que ha impedido despegar con todo ese poderío con el que se ha impuesto el cuento latinoamericano? A lo mejor lo que ha faltado es ese común denominador que los entendidos han llamado la voz universal en el cuento. Pero dónde radica esa voz universal que a todos los que nos interesamos por la escritura quisiéramos escuchar y atrapar para que nuestra narración se convierta en todo lo trascendental que logra un Julio Ramón Ribeyro cuando nos dice que el cuento universal, debe lograr entretener”, y conmover. Que el cuento, debe transmitir una emoción. ¿Pero dónde se encuentra esa voz universal y cómo captarla?
Bruno Rosario Candelier en su ensayo: La pureza Lírica de Fray Luís de León dice: La captación de la voz universal es la dimensión cósmica expresada desde la valoración de un dato singular y específico a los cual se accede mediante:
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a) una poderosa intuición
b) la experiencia de vida
c) una clara comprensión de las cosas
d) capacidad de expresión
e) y pasión por la verdad, la belleza o el bien.
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Es aquí donde se me antoja citar a Héctor William Zorrilla. El narrador con una poderosa intuición se echa mano de sus experiencias y de las experiencias ajenas y nos transporta con una imaginación fecunda y una fascinante variedad argumentativa por los más delicados senderos de los sentimientos universales.
La muerte, el amor, la felicidad, los celos, el engaño y un recurso que a lo mejor, dejan en evidencia sus asimilaciones freudianas. El tema universal de la sexualidad. Cuestión que según Sigmud Freud, ocupa el 80 % del interés de todos los individuos de este planeta.
Héctor Williams con una clara comprensión del espacio que lo rodea va conduciendo al lector por la realidad de un mundo que logra atrapar al lector y conducirlo por un universo mágico que se nos queda en la imaginación y sin saber cómo ni cuando, el cuento forma parte de nosotros.
Muestra de ellos la encontramos en cuentos como Los sueños de la pintura, La danza de los árboles o Malekula, el brujo guardián.
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Yo solía decir: “no me gusta el erotismo de los hombres en la literatura. Héctor Williams sin embargo ha tenido el hechizo de cambiar absolutamente esta posición mía. La sutileza con la que las manos inteligentes del narrador se van desplegando por los lugares más sensitivos y placenteros tienen el poderío de agarrar al lector y transportarlo a través de la poesía siempre presente en todos los textos de Zorrilla, hasta ese mundo maravilloso y fascinante donde habitan los reinos de la ternura.
Héctor Williams Zorrilla con este primer libro ha encontrado un estilo con características y esencia propio, donde las pasiones y la locura viajan juntas en un tren subterráneo tejiendo historias de amores. Este trabajo literario tiene impreso todos los elementos necesarios para que Los reinos de la ternura se conviertan en un clásico del cuento dominicano. Y Héctor Williams, en uno de los principales exponentes del género en nuestro país. Sólo nos queda recomendarle a Héctor, no bajar la guardia y mantener el pulso narrativo y en lo posible, continuar enriqueciéndolo.
Enhorabuena, Héctor Williams, bienvenido a los reinos del cuento.
Minelys Sánchez
LA VIDA
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“Los reinos de la ternura”, de Héctor Williams Zorrilla”
Por Rafael Peralta Romero, Escritor.
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Santo Domingo.- Héctor William Zorrilla coloca hoy en el mercado de lectores Los Reinos de la Ternura, un libro de cuentos con todas las de la ley, en que se aprecia, sin necesidad de indagaciones profundas, que su autor anda en búsqueda de su expresión propia, a partir precisamente de la experiencia propia.
En los finales del siglo veinte, muchos cuentistas de Hispanoamérica se adhirieron a las corrientes experimentalistas entre las que asomó sus fauces aquella que propugnaba -y tal vez propugna- por un cuento sin anécdota, un cuento que no cuenta nada. Pero los cuentos de Williams Zorrilla revelan que este autor no ha caído en el gancho de escribir cuentos que no cuentan, que ha de ser la más difícil tarea.
Muchos cuentistas retornan al cuento clásico, al cuento que cuenta una historia. No queremos un cuento reburujado con estampas, cuadros, consejas, tradiciones, leyendas, relatos o géneros menores que tienen en común la forma narrativa, pero que difieren sustancialmente del cuento en cuando a técnica y estilo. Tampoco propugnamos por esa rara especie denominada anticuento, con el que se ha pretendido negar al cuento propiamente dicho. Debemos aspirar a cuentos que hagan honor a la definición: “El cuento es el tigre de la fauna literaria”, como lo denominó Juan Bosh.
A propósito de Juan Bosh, resulta difícil hablar de teoría del cuento en la República Dominicana sin acudir a este maestro de la escritura. Se me ocurre citar, aún de memoria, su afirmación de que es más difícil lograr un buen libro de cuentos que una novela.
La cito en provecho de Williams Zorrilla, pues él ha escrito un buen libro de cuentos. El autor ha advertido en una introducción que aparece al inicio del libro, que quería tener su propia voz y también “quería escribir cuentos que reflejaran mi propio estilo”.
Pudiera decir de paso que esas palabras vienen sobrando, pues los cuentos no las necesitan para ser comprendidos y disfrutados, sentidos.
Ahí esta su voz. Y es la voz de un escritor, consciente de su oficio, brotan las fobias, las pasiones, los cuentistas retornan al cuento clásico, al cuento que cuenta una historia.
Sobre realidades y fantasías, sobre magias y hechos ciertos construye Williams Zorrilla el universo de sus cuentos, todos los cuales llevan diseminada una apreciable porción de poesía.
Unos cuentos referirán historias tan extrañas como las contenidas en “Adiós, Hemingway” y “El Reino de las Fobias”, mientras otros nos conducen a un reino mágico al estilo de la mitología griega. “Sentados debajo del árbol, Ibis y Fito dejaron fluir en sus mentes las experiencias compartidas con seres extraordinarios”. Así comienza el cuento El Relato de una Supra-existencia.
Héctor Williams Zorrilla no es un hombre extraño al arte de escribir. Ha publicado tres libros en el campo de su especialidad profesional, que es Psicología. Sus cuentos no son ajenos a esa formación y mucho menos a esa experiencia. Me parece que el fruto más provechoso de ello se encuentra en la universidad de sus temas.
Contenido
Trenes, lluvia de otoño, problemas sexuales de Adán la permanencia de Hemingway, por ejemplo, hacen de Los Reinos de la Ternura un libro con vocación de universalidad. Pero Williams Zorrilla no ha renegado de la tierra que lo vio nacer, y de aquí es el machete con que le extirpan la cabeza a Amanda, quien hizo morir a su marido diciéndole que, ninguno de sus muchachos eran suyos. Y de aquí es también el patio de la abuela y las gallinas que en el escarban.
En algún pasaje de Cien Años de Soledad, el gran monumento literario erigido por Gabriel García Márquez, el gitano Melquíades dijo algo así como que “Las cosas tienen vida propia, es cuestión de despertarle el ánima”.
En los cuentos de Williams Zorrilla las cosas tienen vida propia. Las cosas actúan porque él, como auténtico creador, les insufla aliento de vida. Oigan esto: “El florero sobre la mesa reía. Las flores de seda rojas, blancas y moradas expedían estética. La mesa exhibía su forma geométrica y los alimentos jugaban con los gestos del tiempo”.
De los cuentos contenidos en el libro que hoy presentamos podrá decirse que son: realistas, fantásticos, absurdos, experimentalistas u ortodoxos, pero en todo caso habrá que decir que son puros cuentos.
Con este libro, Héctor Williams Zorrilla ingresa de pleno derecho a la cuentística dominicana. Se trata de una obra que habrá de hacerse sentir en nuestro ambiente literario, por lo novedoso de su contenido, y por su riguroso apego a la técnica de la narración breve. El más auténtico documento de identidad de un escritor -si no el único- es su obra. La credencial de Williams Zorrilla es legítima y clara.

